domingo, 25 de noviembre de 2012

Te quiero.

Después de tener una mala noche, me quedé en la cama mirando al techo.
-En que piensas.
- En lo que podría ocurrir.
- Sabes que yo nunca te haría eso.
- Ya.
- Te lo juro por mi vida, eres lo que llevo esperando desde hace mucho tiempo, ahora no te vas a marchar.
Me acerqué a Aus y le besé, me siguió el beso durante unos segundos y me acurruqué a su lado.
- ¿Y como serán nuestros hijos?
- Perfectos - sonriendo.
Me gusta verlo ilusionado por lo nuestro, se que le quiero más que nadie en todo el mundo.
Volvimos a quedarnos dormidos abrazados, nuestras respiraciones al compás fluían por mi habitación.
Nos habíamos acostumbrado al frío y al calor del otro.
- ¿Estas despierta?
No contesté me hice la dormida.
- Eres hermosa, tu rostro tus ojos tus labios.
Me moría por ir a por el.
- Eres lo mejor que tengo.
Me acurruqué a él y le dije:
- Te quiero, llevo esperando a alguien como tú toda mi vida, me has ayudado el primero y te has ido el último, gracias por todo mi vida.
Austin me miró y me empezó a hacer cosquillas.
- Así que estabas despierta ehh, ahora veras.
Me moría con sus cosquillas no aguantaba.
Nos quedamos mirando al techo.
- Oye podrías hacer algo en el techo.
- Como el que.
Sacó de su pantalón un dibujo precioso,  cuál me hizo llorar.

- Es bonito, verdad.
- Perfecto.
- Podemos pintarlo en el techo.
- Me gustaría bastante.
Volvió a guardar el dibujo y se volvió a acurrucar hacia mi.
- ¿Nos pasaremos toda  la vida en esta cama?
- Si quieres, podemos ir al centro comercial.
- ¿Quieres?
- ¿Porque no?
Nos levantamos nos duchamos cada uno y salimos.
Tenía miedo de que por salir juntos. algo ocurriera. 

sábado, 17 de noviembre de 2012

Miedo.

Volvimos a la cama,  pero mientras el se metía miré por la ventana, veía el mundo al que no estábamos unidos por la sangre, el mundo que pensábamos que era nuestro y que simplemente es de millones de personas que muchas nos tienen miedo y otras no creen que existimos, me fijé en ese gran árbol que se encuentra enfrente de mi casa, vi como una pareja de ardillas subía a la copa y se comían una bellota, ahora mismo me gustaría ser ellas, o las hojas que vuelan por el viento de la noche que hacen que se posen en el asfalto, ese asfalto que pisaba cada mañana para ir al instituto, en ese momento me fijé en un coche que estaba aparcado, me sonaba demasiado, lo había visto antes, entonces me dí cuenta de que era el coche de Luis, había alguien dentro y seguramente fuera él, caminé despacio hacia detrás hasta llegar a la cama y caer sentada en ella.
- Que pasa.
- Esta ahí.
- ¿Quién?
- Él.
- No, no puede ser.
- Si esta ahí sentado en su coche mirando hacia aquí.
- Pero no nos puede dejar en paz.
En ese momento corrí hacia la habitación de mis padres.
- ¡Mamá, papá!
Se despertaron de golpe.
-¡Que pasa!
- Luis está fuera mirando hacia aquí.
- ¿Que Luis?
- Mi psicólogo.
En ese momento mi padre se levantó decidido y fue hacia la puerta, salió de mi casa y llegó al coche de Luis.
- Déjanos en paz, si no quieres bastantes problemas.
- Que me vas a hacer, ¿pegarme con un palo de golf?
En ese momento mi padre sacó a Luis por la ventanilla del coche, lo tiró al suelo y lo tiró al césped, calló del cielo una espada, la cogió y la pego al cuello de Luis.
- Que pasa angelito, no sabes luchar contra un demonio o qué.
En ese momento entendía todo, nos vigilaba sabía lo nuestro.
- Bastante como para matarte aquí ahora mismo.
- Vas a despertar a todo el vecindario, y el poder de borrar las mentes lo llevas un poco mal ¿verdad?
En ese momento mi padre cogió la espada y acuchilló su cuello sin piedad. El cuerpo de Luis de destruyó en mil pedazos de ceniza, entonces entendí el peligro que corría yo dentro de esa casa, por si algún motivo mis padres o el amor de mi vida cambiaban de opinión hacia mí, podría morir.
Entramos de nuevo a mi casa, sin decir nada me metí en mi cama y me puse hacia la ventana.
- Yo nunca te haría eso, nunca, ni aunque sea mi deber, te amo demasiado como para hacerlo.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Dolor.

Caminamos hasta el centro de todo ese claro hermoso.
- Bueno chicos, aquí podréis entrenar vuestros poderes.
En ese momento mi padre llevó a Aus a un lado y mi madre me empezó a hablar pero por telepatía.
*Telepatía*
-Hija ahora es cuando debes comunicarte conmigo.
-De acuerdo.
-Bien, lo llevas bien.
Después de tener una conversación con mi madre tocó otro poder, volar.
- Bueno hija ahora toca volar, es fácil.
- Ya claro.
- Simplemente tienes que sentir como te abres, como abres tu parte demoníaca.
En ese momento relajé los músculos y sentí como poco a poco me abría al mundo desde otra perspectiva y mis alas salieron detrás, alcé el vuelo inmediatamente no se como pero lo hice, era espectacular.
Volví a la tierra.
-Bien, bastante bien para el primer día.
- Gracias ha sido genial.
Después de esa pequeña conversación, Aus y mi padre volvieron de su primer día de entrenamiento.
Llegamos al coche y volvimos a mi casa.
- Aus con este tema, dile a tu abuela que te quedas esta noche en casa.
- Vale Char.
- Bueno subimos arriba o nos plantamos en el salón.
- Vamos arriba boba.
Me dio un beso en la mejilla y llevó a mi habitación cogiéndome de la mano.
- Nunca pensaría que nos pasaría esto.
- A que te refieres.
- A todo, nuestro, nuestro pasado.
- Pero bueno, nadie nos separará.
- Nadie.
- Ni la fuerza más grande lo hará.
En ese momento nos besamos, un beso dulce e intenso a la vez, sentimos como nuestro alrededor temblaba, como el mundo se rajaba ante nosotros.
Terminamos quedándonos dormidos abrazados, su frío unido a mi calor.
Me desperté de madrugada, fui al baño y me miré la cara, la tenía un poco demacrada, me levanté la camiseta y me miré tenía unas pequeñas marcas rojas a lo largo de las cotillas y en mi espalda se veían unos pequeños bultos, me veía rara, muy rara.
Austin entró al baño y se quedó al lado mío, me miró a través del espejo y puso su mano pegada al cristal, yo hice lo mismo a su lado, nos miramos uno al otro y se me calló un lágrima y a Aus también, eramos monstruos juntos pero monstruos, es triste que no podamos ser personas normales.
Aus me cogió de la cintura y me pegó a el y me susurró:
- Para mi "tu mano en la mía encaja, al igual que lo ha echo solo para mí, pero hay que tener esto en mente, se suponía que debía ser y me estoy uniendo los puntos, con las pecas en las mejillas y todo esto tiene sentido para mí"
En ese momento me abracé a él y empezamos a llorar juntos nos conocíamos demasiado uno al otro, para saber el sufrimiento que llevábamos.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Despertar.

Mi cuerpo se desplomó y cayó en la cama haciéndola crujir, miré hacia atrás y las vi, como se movían, eras bonitas la verdad.
- Kat, son preciosas.
- Las tuyas también.
En ese momento nos acurrucamos los dos en la cama y nos quedamos dormidos.
Día 5: Viernes.
Me desperté yo antes y bajé las escaleras con sumo cuidado. Mi madre al verme se sorprendió, claro ella no sabía que aquella noche yo también había terminado.
Vino a mi y me besó en la frente, tocó un ala mía y respiró hondo.
- Recuerdo ese aroma a azufre, bueno hoy ninguno irá al instituto.
- ¿Eso?
- Tenéis que entrenar, ya sabes, vuestros poderes.
En ese momento, volví a subir a la habitación, me acosté de nuevo y me volví a dormir.
*Sueño*
Volví al bosque de antes, al mismo llano y volví a ver a James.
- Hola Kat, ya veo que ya has terminado.
- Pues si, anoche.
- Esta bien, eres la mas fuerte y la más pequeña.
- Ya.
- Bueno acompáñame te llevaré a la escuela.
Llegamos, era enorme.
- Bueno estarás aquí mientras duermes, así que no notaras nada cuando despiertes.
- De acuerdo.
- Hola Kat, bienvenida.
- Ehh, hola.
- Soy el director de esta academia.
- A vale.
-Bueno espero que algún día seas tan fuerte como tus padres.
- Ya - como si ya no lo fuera.
En ese momento me desperté mi  la cara de Aus a 10 cm de mi, me había despertado al moverse, que cosa mas mona, su rostro angelical nunca mejor dicho.
Tocaron en la puerta, me levanté y abrí, mi madre me dijo que tendríamos que ir a un sitio lejano así que había que salir, fui hasta la cama y moví un poco a Aus.
-Aus hay que levantarse.
- Mamá cinco minutos más.
En ese momento le besé y abrió los ojos.
- Hay que salir así que vístete.
- ¿Me darás mas despertares así?
- Si no te levantas no.
Salimos de la habitación y bajamos las escaleras, salimos de mi casa y nos subimos al coche, Aus me cogió de la mano y no me soltó en todo el viaje mientras los dos mirábamos, como llegábamos a un bosque, bastante lejos de la ciudad.
Nos bajamos del coche y seguimos a mis padres hasta un árbol, en ese momento pusieron la mano en el árbol y poco a poco se empezó abrir, como si un rayo hubiera dado en él, y se vio un gran claro, donde nos esperaba muchas horas.


viernes, 9 de noviembre de 2012

Nace algo.

Vale ahora Austin era un ángel, como puede pasarme esto a mí.
- Mamá, tengo que decirte una cosa.
- El qué hija.
- Austin y yo estamos juntos.
La cara de mi madre se le puso blanca como la leche.
- Co-como que estáis juntos.
- Si juntos, pareja, novios.
- Sabéis lo que esta ocurriendo verdad.
- El qué.
- Dios al ver que te mandarían a ti en contra de él, creo un ángel de mismo poder que tú.
- No-no me digas que somos..
- Si enemigos y no cualquier enemigo, sois el ángel y demonio, más poderoso del mundo.
En ese momento miré a Austin, tenía los ojos abiertos pero su color era diferente eran de un turquesa inexplicable. Mi madre al verme también miró en la misma dirección.
- O Austin de has despertado.
Mi madre le cogió por la espalda y lo levantó, lo primero que vio y que hizo que se asustara fueron las alas de mi madre. Me miró a mí y cambió su cara sonrió cuando volvió a poner esa cara de horror.
-Tus ojos.
- Lo sé.
- So-son ¿rojos?
- Sí.
-Pe-pero porqué.
En ese momento Austin cogió aire e infló su pecho en ese momento de su espalda nacieron dos alas, preciosas blancas de un plumaje que no tenía palabras para describirlo. Después volvió a la normalidad, soltó ese aire como pequeñas hormigas que salen de un hormiguero.
-Ya está, su transformación está completa.
- Austin nos miró extrañado.
Mi madre lo cogió del brazo y lo llevó al sillón, le contó todo y cuando llegó a la parte en la que me nombraba le cayó una lágrima, me mataba verlo así.
- Ahora sube un rato con Kat.
Cogí de la mano a Austin, me agarró con fuerza, entramos en mi y nos sentamos en la cama.
-Ahora que haremos.
- Yo nunca me separé de ti Kat, he estado mucho tiempo esperando esto para que ahora me separen de ti.
-Aus..
Me besó, yo también lo necesitaba no podía más y empecé a llorar.
Se acostó y yo me apoyé en su pecho.
-¿Y tus alas?
- No estoy transformada del todo.
En ese momento mi temperatura volvió a subir, Aus lo sintió se apartó de mí y me miró a los ojos, mis ojos ese color rojo terminó por ser rojo intenso, un rojo cálido.
Mi cuerpo se levantó, como si lo cogieras con hilo, en ese momento mi cuerpo abrió un mundo que estaba encerrado dentro de mi, salieron de mi espalda con resplendor, mis alas, alas negras y rojas, grandes y hermosas.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Alas blancas.

Dia 4 : Jueves.
Me levanté despacio de la cama, no quería salir de ella, fui al baño y me miré al espejo, seguía teniendo los ojos rojos, no fue un simple sueño.
Bajé las escaleras de mala gana y me senté en el sillón, mi madre sacó la cabeza de la cocina y me miró.
- Hija.
- Que.
- ¿No vas al insti?
- Como quieres que vaya, mira mis ojos.
- Esos ojos solo los pueden ver los ángeles y los demonios, no los humanos.
Eso me hizo pensar en Aus que hace dos días no había hablado con él y le quería ver.
Así que ilusionada corrí hacia mi habitación me duche, me vestí y bajé corriendo. Salí de mi casa sin decir adiós, dos calles más abajo estaba la casa de Aus.
Toqué la puerta y salió ese chico que tanto quería.
- ¡Kat!
- ¡Aus!
Sin que yo me moviera me besó apasionadamente, eso hizo que mi corazón latiera con mucha fuerza y que mi cuerpo empezara a crear calor, mucho, demasiado, pensé que saldría fuego de mis manos y de mis zapatillas.
- ¿Vamos?
- Sí.
-Oye Kat.
- ¿Sí?
- Esto que tenemos, que es.
- Somos pareja ¿no?
- Por mi perfecto, no sé lo que pensarías por eso no dije nada.
Nos cogimos de la mano y empezamos a caminar, cuando sentía que su mano me hacía daño, sentía mucho frío procedente de su extremidad, la quité.
- Eh, ¿que ocurre?
-Ehh, me ha dado frío tu mano.
- Será desde ayer tengo un frío espantoso, se que estamos en invierno pero lo mío es exagerado.
No será lo que yo pienso, no no seguro que es cosa mía.
Volví a cogerle de la mano pero aguanté no quería herirle, le quería.
Llegamos a la puerta del insti y muchos se quedaron mirando, unos cuchicheaban, otros simplemente señalaban.
- Que estará ocurriendo.
De repente vino Jenna una chica de nuestra clase.
- ¿Estáis juntos?
- Si, ¿porque?
- Ehhh, es que es raro.
- ¿Eso?
Nos cogió a los dos y nos llevó a un lado.
- Porque pensaban que erais hermanastros.
- JAJAJA.
- No somo hermanastros.
- ¿A no?
- No, somos pareja, así que ya puedes ir diciéndolo por ahí.
En ese momento Aus me dio un beso y entramos al insti.
Entré en el insti, cuando a Aus le empezó a bajar mucho  la temperatura y se desmayó. Lo llevé a mi casa.
- ¿Kat que ocurre?
- Mamá a Aus se le a bajado mucho la temperatura.
- ¿Cuanto de mucho?
- Tócale.
- Kat no te asustes por lo que te voy a decir.
- ¡Qué mamá qué!
- Austin es un ángel.

lunes, 5 de noviembre de 2012

¿Que esta pasando?

Me caí al suelo del susto.
- ¡Ma-mamá que tienes ahí, so-son! ¿alas?
- Bueno creo que ha llegado la hora de que tu padre y yo hablemos contigo de este tema.
Sin que mi madre dijera nada más, mi padre salió del salón y apareció en la cocina, al lado de nosotras.
- Bueno Kat, sabes que no somos tus padres biológicos, pero somos los encargados de tus decisiones y  de lo que hagas hasta los 18 años.
- Si bueno, pero que cosas tienes ahí.
- A ver Kat, eres hija de Jenna y de John.
- Si ya.
- Osea de Astaroth y Azrael.
Pero qué, esto no podía ser, era lo que me dijo James, pero no podía ser verdad, yo era una chica normal, de una ciudad normal, no hija de demonios.
- Kat, tu nombre no es ese, te pusieron ese nombre para que pudieras mezclarte con los humanos sin sospecha alguna.
- Entonces cual es mi nombre.
- Lilith.
- ¿Lilith?
- Te pusieron ese nombre porque fue la primera mujer de Adán, antes que Eva.
- ¿Mamá que me han dado en el hospital?, ¿que son esas alas?
- Piensa todo concuerda, estas en  mitad de transformación, ese libro, lo explica.
- ¿Por eso no quería que lo leyera?
- Exacto, te estás transformando, aunque eres muy joven, como mínimo tenías que seguir normal hasta dentro de 3 años, pero por lo visto nuestro trabajo empieza ahora.
- Bueno entonces soy ..
- Si un demonio.
- Y porque me custodiáis unos ángeles, cuando supuesta mente no somos ¿enemigos?
En ese momento mi madre me cogió la mano.
- No eres un simple demonio, tu eres la llave de todo, de que mundo siga adelante o que termine para siempre.
- Que tengo yo de especial.
- Bueno .. Lucifer hizo un acuerdo con tu padre para utilizarte contra Dios y todo su ejercito de ángeles, pero tu padre y tu madre no querían que te hicieran daño así que bajaron al infierno a hablar con Lucifer, pero él o te quería a ti o a ellos, ese día, en el que tus padres murieron, en realidad no murieron simplemente huyeron y te dejo a cargo de nosotros.
- Pero porque mi padre querría dejarme con vosotros.
- Porque no eres un demonio cualquiera, tienes un poder imaginable y los ángeles no te utilizaríamos.
Todo esto es raro para mí, veo alas cuando antes no las había, mis padre siguen vivos y soy un demonio.
- Necesito descansar, no puedo más.
Subí corriendo hasta mi habitación y me miré al espejo, no tenía nada de anormal, todo seguía igual, primero miré cuerpo milímetro a milímetro, hasta que llegue a mi cara, bueno tenía al menos mis labios y mis ojos rojos ¿¡ojos rojos!?, ese momento me aparté del espejo, soy un monstruo.
*Voz en mi cabeza*
No eres un monstruo, eres hermosa, no te asustes, no estás loca, es uno de tus poderes, el poder de telepatía, mañana hablaremos, duerme hija.


Sueño.

Desperté, fui abriendo los ojos poco a poco, pensaba ver a mi madre y estar en una camilla de hospital, pero no fue así.
Me levanté poco a poco de lo que era un ¿bosque?,  dios que dolor de cabeza, pero ya no tengo tanto calor como tenía antes.
Me puse de pie e intenté no caerme, vaya ¿que tenía puesto?, una túnica roja, pero esto que es.
Empecé a caminar poco a poco por ese bosque de hojas rojas, parecía otoño, de repente llegué a un claro donde encontré a un joven de entre 18 o 19 años que estaba bastante bien la verdad, tenía alas negras y llevaba una túnica igual que la mía de cintura para abajo y una espada que .. ¿llevaba fuego a su alrededor?, que cosa más rara.
Caminé hacia el dubitativa.
- Hola Kat.
- Ehh co-como sabes mi nombre.
- Eres hija de un demonio muy antiguo, normal conocerte.
- ¿Hi-hija de-de qui-quién has dicho?
- Si hombre la hija de Astaroth, pues sí eres igual de guapa que tu padre, ese demonio me cae bien, bueno y tu madre también.
- ¿Qu-que estas hablando tio?
- A bueno, seguro que acabas de llegar, bueno yo me llamo James, hijo de Beliel.
- Ehh hola, y eso de que seguro que acabo de llegar, a que te refieres.
- Ehh bueno, estas en el campo de entrenamiento.
- Donde estamos, que campo, de que hablas.
- A ver Kat, eres hija de demonios Astaroth y Azrael, esto es un campo de entrenamiento, tu cuerpo ahora mismo en plena transformación pero tu menteesta aquí, nos mandan aquí en ese tiempo de transformación para prepararnos un poco antes de terminarla nuestra parte de demonio se entrena aquí, pero veo que has venido bastante temprano.
Caminamos por ese bosque unos cuantos minutos, hasta que me harté y le dije:
- Vamos a ver esto es un sueño, yo ahora mismo estoy en el hospital por un desmayo,ahora me despertaré y me iré a mi casa y esto será un simple sueño.
- Bueno eso pasará pero te sentirás diferente, tendrás poderes y alas.
- Jajajaja, muy bueno James, después de jugar con las espaditas de fuego te podrías dedicar a la comedia.
- Bueno Kat, yo me voy que dentro de poco despiertas y ..
En ese momento me empezó a doler muchísimo la cabeza, demasiado y desmayé.
- Hija, menos mal.
Poco a poco fui abriendo los ojos..
- ¿Mamá?
- Si estoy aquí.
- He tenido un sueño rarísimo.
- Bueno cuando lleguemos a casa, me lo cuentas.
Más tarde después de que el médico me tomara la tensión y el puso y al ver que mi temperatura había mejorado considerablemente me dio el alta y salí del hospital, pensando que había dejado ese sueño atrás-
- Mamá.
- Dime.
- ¿Porqué he soñado que estaba en un bosque, vestía con túnica roja y me decían que era hija de demonios?

domingo, 4 de noviembre de 2012

Camino al hospital.

Día 3: Miércoles.
Mitad de semana menos mal, me pegué una ducha fría, no sabía porque tenía tanto calor si estábamos en invierno, me vestí me puse mis botas negras nuevas me encantan *-* y bajé a la cocina.
- Hola mamá.
- Hola hija, oye tu por casualidad ¿cogiste el libro de ayer?
- Yo.. yo no he cogido na-nada.
- A es que no lo encuentro y no estaba en mi bolso.
- A pues no sé se te habrá caido.
- Será.
Subí a mi habitación corriendo y lo cogí, joder que caloooooor me afixio, bajé las escaleras y con sigilo puse el libro en el suelo.
- Mamá el libro está aquí se habrá caído del peso.
- Será, será.
Cogí mi mochila y cuando fuí a salir de mi casa...
- Oye y porque vas así.
- ¿Cómo?
- Así en asillas, hace mucho frío ahí fuera.
- Pues yo tengo muchísimo calor.
- Ca-calor.
- Si calor.
Mi madre vino a donde estaba yo y me tocó la frente.
-¡Estás ardiendo!
-¿Enserio?
-Hoy no sales de aquí.
- Pe-pero mamá.
Quería ver a Aus, pero mi madre me corto el rollo y me mandó a mi habitación.
Mi madre subió a la habitación y me puso el termómetro, a los dos segundos el termómetro estalló.
Fue como en una película.
- Kat hay que ir al hospital, esto no es normal.
Cogió su bolso y salió de mi casa corriendo, volvió y me cogió en volandas y me bajó hasta el coche, me metió en el y me llevó en el hospital.
Cuando llegué me desmallé.

Transformación.

Jo que cosa más mona, Aus me había llegado al corazón con ese mensaje:
*Contestación*
Ohh Aus muchas gracias enserio, ahora mismo eres demasiado especial para mí, sé que nunca te lo he dicho pero te quiero ahora mismo más que a nadie, me has ayudado mucho en este tiempo y te has jugado el cuello muchas veces por mi, te quiero Aus.
Después de hablar un poco más con Aus miré el reloj, eran las 12 seguramente ya estarán dormidos.
Abrí la puerta de mi habitación con cuidado y miré hacia el fondo del pasillo y confirmado lo estaban.
Baje las escaleras con muchísimo cuidado y llegué a la cocina, busqué su bolso, vale seguía en la encimera.
Cogí el libro y subí a mi habitación con el mismo cuidado, entre en mi habitación y desaparecí del pasillo.
- Bueno que tendrá este libro que quiere que no lo lea.
Volví a leer el título, vaya es bastante gordo.
*Capítulo 1 Transformaciones*
Transformación de un humano a ángel o demonio.
Un humano se puede transformar en ángel o demonio si es descendiente de uno de ellos.
- Joder pues si que es chungo.
Su cuerpo pasa por cambios de temperatura, llegado al hecho de que el cuerpo puede a llegar a temperaturas muy altas o bajas llegando al desmayo en los dos casos.
La transformación dará alas negras o blancas dependiendo de la transformación y algún que otro poder como el de leer la mente, telepatía o posesión de cuerpos, aunque se pueden aprender muchos más a lo largo de su entrenamiento.
Si un ángel y un demonio tienen un hijo, el físico estará a cargo del padre, así que si el padre es ángel el niño será ángel y si es demonio será demonio pero si la madre es un ángel o un demonio más fuerte que el padre, será del físico de la madre(estos casos son muy exclusivos)
- Venga ya pero esto es una trola o algo.
De repente tocaron en mi puerta corriendo metí el libro bajo mis sabanas y me hice la dormida, mi madre entró me miró y cerró la puerta, creo que me escuchó, volví a sacar el libro.
Una transformación puede durar entre 2 y 3 días, pasando un frío invernal o un calor infernal.
- Hablando de calor joder que calor ase aquí.
Me quité la chaqueta que tenía puesta y saqué mi cuerpo de esa manta nórdica que tuve utilizar hace unos pocos minutos.
- Joder que calor que va.
Me terminé quedando dormida.


sábado, 3 de noviembre de 2012

Ten cuidado, por favor.

- ¿Kat?
- ¿Qu-que?
- Me estabas hablando y te has quedado callada.
- Ehh no es nada, bueno Aus gracias por los cascos..
Cuando me fui a dar la vuelta Aus me cogió de la mano y me atrajo a él suavemente con lentitud.
- Dime, que ocurre - con voz suave, me relaja.
- Le he visto.
- ¿A quién?
- A Luis.
- ¿Luis?
- A Don Anchoa.
- ¿Donde?
- Detrás tuya.
- No te entiendo.
- Se acaba de ir, por favor Aus ten cuidado, te lo suplico.
- No entiendo lo que ocurre, pero te haré caso.
Me cogió la cara y la pegó a la suya.
- Te quiero Kat y quiero que lo sepas, buenas noches princesa.
-Yo también te quiero Aus, buenas noches.
Me dio un leve beso en los labios, suave me gusta.
- Adiós Kat, nos vemos mañana.
- Adiós Aus- y le sonreí.
Me dí la vuelta y entré a  mi casa.
- Oye Kat.
- Dime mamá.
- Que tienes con Aus.
- Ehhh nada solo vino a darme los cascos.
- A vale.
- Bueno me voy a terminar los deberes.
- Vale hija ahora cenamos.
Subí las escaleras y entre en mi habitación, conecté los cascos al móvil y puse Little Things, esa canción a partir de ahora la vería de otra forma diferente.
Luego me acordé de que mi madre me había comprado un pequeño baúl para meter mis cosas y que estaba en su habitación.
Llegué a su habitación al fondo del pasillo y abrí la puerta, ahí estaba, era bastante bonito la verdad.
Justo en el momento en el que levanto el baúl, encuentro un libro en el suelo, tenía bastante polvo, así que lo cogí del suelo y le soplé un poco.
Cuando llegué a la habitación me senté en el escritorio y cogí el libro "La historia de lo celestial y de lo infernal".
- Vaya.
- Kat a cenar.
- Ya bajo.
Cogí el libro y bajé, le preguntaré a mi madre y me senté en la mesa.
- Mamá este libro de donde lo sacaste.
Mi madre levantó la cabeza y se quedó blanca cuando lo vio, me lo quitó de las manos y me dijo.
- Lo he sacado de la biblioteca - mientras lo metía en su bolso que estaba encima de la encimera.
- A vale y ¿es interesante?
- Ehh si mucho.
- Pues un día lo leeré.
- ¡No!, ehh digo que no puedes tienes que estudiar ya leerás cuando tengas tiempo hija.
- Umm bueno ..
Que rara de repente, bueno ya se lo cogeré a escondidas esta noche.
-Bueno mamá yo subo ya.
-Vale hija que descanses.
Si descansar sobre todo con el día de hoy, los besos de Austin, su sonrisa, sus ojos..
Entré en mi habitación y cogí el móvil, al ver bastantes notificaciones cogí el portátil, me senté en la cama y empecé a mirar, Tuenti, Twitter y Tumblr.
Siempre me ha echo gracia las redes sociales, las tres empiezan por t y sus iconos son azules, nos invaden.
- O un WhatsApp.
*WhatsApp*
- Hola princesa, hoy a sido el mejor día de mi vida, nunca e sentido lo que siento por ti por nadie en este mundo, ahora mismo me imagino una vida contigo, se que es muy temprano para decirlo, pero eres mi vida, mi puta vida y no quiero que te ocurra algo porque moriría en silencio, te quiero Kat.


viernes, 2 de noviembre de 2012

Algo empieza, pero sin terminar el pasado.


Después de ese momento tan emotivo entre Aus y yo, pensamos ya en volver a nuestras respectivas casas.
Cuando pasamos al lado del insti y miré hacia el aparcamiento que había al lado y creí ver a Don Anchoa, pero después me dije que no podía ser y seguí hablando con Aus, pero se parecía demasiado.
Llegamos a casa de Aus.
- Bueno yo me quedo aquí.
- Ya no te vas a quedar en la calle.
- Que graciosa la niña.
- Sabes que siempre - puse ojitos.
Se acercó a mí, me abrazo y me susurro "te quiero", en ese momento mi cuerpo tubo un escalofrío, nunca me había pasado eso, ¿le empezaba a querer? pero ¿de esa forma?.
En ese momento quería saber ya lo que sentía, Aus se despegó de mí y me sonrió, esa sonrisa que ¿me enamora? se dio la vuelta cuando le cogí de la manga de la chaqueta lo pegué a mi cuerpo, el corazón de Aus latía a 100 y el mio al compás, me puse de puntillas y le besé, Aus se quedo sorprendido pero al momento me siguió con el beso, no nos hubiéramos separado si no fuera porque estábamos en medio de la carretera y venía un coche.
Después de que pasara el coche, Aus cogió de mi camiseta y me pegó de la misma manera que yo lo había echo anteriormente me cogió a volandas y me besó una y otra vez.
Después de ese momento fogoso como así decirlo, Aus me dio un beso en la frente y me dijo:
- Adiós Kat.
- Adiós Aus.
Caminé hacia mi casa con la cabeza llena de ilusiones y miedos, no sabía que fuera tan impulsiva, ni que el me seguiría de esa manera, llegué a mi casa.
- Hola Kat, ¿porque has llegado tan tarde?
- Ehhh, he estado con Aus en el parque.
- Tu ese chico últimamente estáis más unidos que nunca.
- Ehh si se le puede decir que le quiero mucho - todo esto dicho agachando la cabeza para que mi madre no viera lo rojas que estaban mis mejillas.
- Es buen chico - ni que lo digas.
- Anda sube a hacer los deberes, dentro de poco te llamaré para cenar.
-Vale mamá.
Subí las escaleras de dos en dos y entre en mi habitación.
Me senté en el escritorio y miré la agenda, perfecto no tengo muchos, fui a sacar los cascos de mi bolsillo cuando, genial Kat te has olvidado de pedírselos a Aus, pero bueno con ese momento ni me acordaba.
Después de buscar en el cajón y encontrar unos, los conecté al móvil y cuando iba a meterme en mi mundo para empezar aquella tortura tocan mi puerta.
- ¿Sí?
- Tienes visita.
¿Quien vendría a esta hora? Bajé las escaleras y fui hacia la puerta.
- Hola Kat.
- Ho-hola Aus.
- Me quedé tus cascos y conociéndote morirías sin ellos.
- Jajaja gracias.
Me tendió la mano con ellos fui a cogerlo cuando agarro mi mano y tiró hacia él, mi corazón volvió a ponerse a 100.
- ¿Siempre te pondrás nerviosa cuando haga esto?
- Si lo haces muchas veces sí.
Sonrió de nuevo, dios esa sonrisa ya es demasiado.
-Para mi "tu mano en la mía encaja, al igual que lo ha echo solo para mí, pero hay que tener esto en mente, se suponía que debía ser y me estoy uniendo los puntos, con las pecas en las mejillas y todo esto tiene sentido para mí".
- O esa es la letra de ..
- Sí, de Little Things, te dije que cambiaría las cosas.
- O Austin gracias.
- ¿Porqué?
- Por...
Cuando miré detrás de él, vi lo que nunca pensé, estaba ahí ese hombre salido que había aguantado durante 3 años, me sonrió arrancó el coche y se fue.


Nuevo día.

Día 2: Martes.
Bueno, hoy es martes, un nuevo día. He echo lo mismo que hago normalmente, levantarme antes de que suene el despertador.
Como todos los días me bañe, aunque el pelo no, quiero hacerme algo nuevo, me miré al espejo 5 minutos, miré mi cuerpo, no me gusta, es raro.
Me miré el pelo, negro, teñido claro, después de unas mechas rubias quise darme el cambio, mi madre no estuvo de acuerdo, pero me lo hice y tubo que aguantarlo, después le termino gustando.
Mis ojos marrones oscuros, casi negros por la noche y mi piel morena, vamos normalita.
Me gustaría teñirme de turquesa, no se me gusta bastante se lo diré a mi madre.
Después de todo ese pensamiento hacia mi ser, me vestí, típico negro.
Bajé a la cocina.
- Hola hija - dándome un beso en la cabeza.
- Hola mamá.
- ¿Que tal has dormido?
- Pues bueno mejor que otros días.
- Me alegro cielo, tu padre hemos hablado y te vamos a cambiar de psicólogo.
- ¿Enserio? - dije muy sorprendida.
- Si.
- ¡Gracias mamá! - dándole un abrazo.
Mi padre salió del salón.
- Pero que pasa aquí.
- Gracias papá.
Mi padre empezó a llorar, muchas veces no le digo papá, solo cuando lo necesito de verdad, normalmente le llamo Brian y a mi madre Charlotte, pero este ultimo año, he mejorado y no exactamente por Don Anchoa.
- De nada hija, espero que todo mejore.
Después de hablar con ellos y explicarme que esta vez será una psicóloga, salí bastante contenta de mi casa.
Pasé por casa de Aus como siempre y toqué su puerta.
- Hola Kat.
- Hola Aus - con una gran sonrisa.
- ¿Esa sonrisa?
- No veré más a Don Anchoa.
- ¿No?
- ¡No!
En ese momento Aus vino a mí y me dio un gran abrazo, se separó un poco de mí y pego su frente con la mía.
- Por una vez te veo feliz, espero que todo lo que te esté pasando acabe, nunca te has merecido nada de esto.
Me quede embobada mirando sus ojos celestes, por mi se los cambiaría, aunque siempre me dice el típico discurso de que como estoy estoy perfecta y que por el me guardaría en una cajita de cristal y me guardaría en su habitación y cada vez que lo dice le digo que tengo miedo y nos terminando riendo.
Llegamos al insti.
- Ahora toca examen.
- Lo sé ayer casi no dormí.
- Eso te pasa por no estudiar antes.
- Calla te pareces a mi abuela.
Aus vivía con sus abuelos, ya que sus padres trabajan siempre y no pueden estar atento a él, me da pena porque muchas veces dice de tener envidia de mi y siempre le digo que al menos siguen vivos.
Después del examen y demás clases, salimos del insti y fuimos al parque que estaba al lado, me puse los cascos y escogí 212 de mi lista de reproducción.
- ¿Que escuchas?
- 212 y tú.
- Going Under.
- Me encanta esa canción.
- Lo sé, siempre te pillo escuchándola.
Después de escuchar unas mas, empezó Little Things, me junté las rodillas al pecho y metí la cabeza en el hueco que queda, me empezaron a caer lágrimas poco a poco, me recordaba a mi ex, estuve con el 10 meses, pero pareció que no le costó nada separarse de mí.
Aus al verme se acercó a mí, me levantó la cara y me secó las lágrimas.
- No sé que le veías, pero quiero quitártelo de la cabeza y lo conseguiré.

Mierda, mierda, mierda.

Salí corriendo de aquella casa, con aquel tipo pisándome los talones. Cogí el móvil y llamé a Aus..
-¿Kat?
- Aus por lo que más quieras, ven a mi casa ahora.
5 minutos después, después de correr kilómetros y a salvo, llegué a mi casa, Aus estaba sentado en la puerta.
- Kat que pasa.
- Me ha intentado pegar - dije empezando a llorar.
Normalmente no lloro delante de la gente, pero no podía más ese hombre se había sobrepasado y no aguanté más.
- Como que te a intentado pegar.
Asentí con la cabeza.
- Entremos a tu casa esto no es normal.
Abrí la puerta y como esperaba, estaban mis padres allí.
- Hija me tienes que explicar algo.
- Me ha intentado pegar.
- ¿Qué?
- Sí, primero se empezó a acercar a mí, después le contesté me dijo "no tienes derecho a hablarme así" y me intentó pegar, le esquivé, le escupí y salí corriendo con el detrás mía.
Mi padre se quedó con los ojos como platos..
- No puede ser el es mi amigo.
- ¿Y piensas que yo soy tu hija biológica?, no no lo soy, por eso lo ha echo, ¿piensas que lo invento por la cara?, llevo 3 años aguantando sus miradas, su formas de acercarse y de hablarme, pero no puedo más.
- O hija, porque no lo has dicho antes.
- No me hubierais creído, pensarías que lo digo por no ir.
Aus dio dos pasos y me abrazó.
- Vuestra hija lo lleva aguantando desde que empezó, lo sé todo y la conozco lo suficiente como para sabes que no miente.
Mi padre cogió su chaqueta e hizo amago de salir.
-Espera.
- ¿Que?
- No vayas, prefiero arreglarlo yo sola.
- Hija eso es imposible, te puede hacer daño.
- No, se como hacerlo, solo tienes que confiar en mi.
Después de que mi madre empezara a llorar y mi padre arroparla, Aus y yo subimos a mi habitación.
Ellos no eran mis padres de verdad, pero para mi llegó un momento en el que si lo eran, me habían creído a mí, una desconocida.
- Kat.
- Dime Aus.
- Siento no poder ayudarte cuando tenía que haberte ayudado.
-No lo sientas, no podías hacer nada.
- Eres mi puta vida, Kat y verte mal, me mata.
¿Que me había dicho Aus? Nunca lo había echo y no sé porque lo dijo.
Aus se dio la vuelta y empezó a llorar.
- O Aus.
Fui donde estaba y le abracé, así estuvimos minutos que para mi y creo que para el fueron horas.
Después Aus se fue a su casa.
- Bueno yo me tengo que ir, mañana hay examen de cultura clásica, y no me sé ni un dios.
- Es verdad, menos mal que lo tengo todo estudiado, en eso nunca cambiarás.
- Y tampoco cambiaras tu.
- Adiós Kat, te quiero.
- Y yo.
Me dio un beso en la mejilla y se fue.
Me acosté en la cama, y me quedé dormida, mañana sería otro día y bueno, lo presiento.





jueves, 1 de noviembre de 2012

Un comienzo.

Hola, me llano Katia, pero me puedes llamar Kat.
Vivo con una familia de acogida, bastante buena la verdad, pero a veces me siento sola.
Hace unos 5 años cuando yo tenía 10, nuestra casa se incendió por la noche, los bomberos no sabían que había ocurrido, mis padres murieron en el momento, yo no estaba en ese momento, simplemente por la noche me gustaba ir al bosque, para mi era desconocido, dirás una ¿una niña de 10 años?, pues sí, en ese momento no hacia caso sumiso a mis padres.
Cunado llegué vi todo calcinado, los bomberos me preguntaron que si vivía allí, yo con lagrimas en los ojos dije si.
5 años después soy una rebelde, una rebelde sin causa.
Día 1: Lunes.
 - Que asco es Lunes.
Desde el piso de abajo..
- Kat, baja se te va a hacer tarde.
- Ya va.
Patético, un lunes más, encima tengo que ir a la mierda de instituto de mi ciudad. Me levanté de la cama y caminé hasta el cuarto de baño, me duché como cada día, cogí mi mochila y bajé las escaleras.
- Buenos días hija - dijo esa mujer encantadora.
- Buenos días mamá.
- ¿Que tal has dormido?
- Pues con pesadillas como siempre - desde ese día tengo muchas pesadillas, unas que ayudaba a mis padres y otras en la que yo también me quemaba viva.
- Bueno, sabes que hoy tienes psicólogo - si tengo un psicólogo, esta muy salido, me da asco, pero es amigos de "mis" padres y no puedo decir nada malo.
- Lo sé, todos los lunes de 3 a 5 - dicho de mala gana.
- No sé que le ves mal, es muy bueno contigo.
Claro todo eso lo dices porque no estas dos horas con el oliendo su aliento a anchoas.
Caminé hacia el insti, estaba a 5 minutos de mi casa, pero primero paré por casa de Austin, mi mejor amigo, que siempre ha estado ahí desde no se cuanto, unos ¿9 años?, en fin.
- Hola Kat.
- Hola Aus.
Me dio un abrazo de esos en los que de repente el mundo se olvida.
- ¿Vamos? o te piensas quedar quieta ahí hasta mañana.
- Ja si por mí fuera, no estaría aquí.
- Kat ya sabes de lo que hemos hablado.
- Aus estoy harta, hubiera preferido morir con mis padres, es mucho más fácil.
- Última vez que dices eso, ¿entendido?, estas aquí y eso es lo que importa, para mi eres más importante que todo el puto oro del mundo, así que calla esa boca y vamos a esa cárcel llamada instituto.
Me di la vuelta y empecé a caminar hacia aquella cárcel, Aus siguió el mismo camino a mi lado.
- Hoy te toca con Don Anchoa ¿no?
- Sí.
- Un día quiero me gustaría matarlo.
- Yo te ayudaría encantada.
Reímos a carcajada limpia, tanto que una anciana cascarrabias salió a la ventana a quejarse.
Llegamos al insti, ante mis ojos tenía a una especie de medio bosque y medio jungla, entre zorras y monos, todo estaba petado.
Toco la sirena, Aus y yo entramos a la clase, inglés a primera, ¿alguien tiene una pistola?
Después de esos minutos, y las demás clases, todas echas por seguramente por Jigsaw, llegamos a casa de Aus, le despedí con un beso en la frente, lo odia pero termina cogiéndome la cabeza y dándome un beso en la mejilla.
Llegué a mi casa, y me conecté miré par de eventos, comentario y peticiones, lo pagué y fui a la cocina, cogí una Pepsi y un paquete de Doritos y me senté en el sillón hasta que fueran las 3.
Salí de mi casa y cogí el bus hasta la casa de Don Anchoa, su despacho.
- Hola Kat.
- Hola.
Me intento dar dos besos pero lo aparté a tiempo.
- ¿Y bueno que tal el día princesa?
¿Princesa? pero este tío de que va.
- Bien, pero la pregunta hubiera estado mejor sin princesa.
- O vamos, te lo llevo diciendo desde pequeña.
- Exacto era pequeña, ya no y lo sabes.
En ese momento se levantó de su sillón de psicólogo y se sentó al lado mio.
- ¿ Que tal el día?
- Pues una mierda como siempre, no se para que preguntas si lo sabes.
Se acercó más a mi.
- Hoy estas de mal humor por lo que veo.
- ¿Lo as adivinado tu o lo has leído en tus libros de medicina?
- No tienes ningún derecho en hablarme así.
De repente le vi levantar la mano, le esquivé y le escupí.