domingo, 4 de noviembre de 2012

Camino al hospital.

Día 3: Miércoles.
Mitad de semana menos mal, me pegué una ducha fría, no sabía porque tenía tanto calor si estábamos en invierno, me vestí me puse mis botas negras nuevas me encantan *-* y bajé a la cocina.
- Hola mamá.
- Hola hija, oye tu por casualidad ¿cogiste el libro de ayer?
- Yo.. yo no he cogido na-nada.
- A es que no lo encuentro y no estaba en mi bolso.
- A pues no sé se te habrá caido.
- Será.
Subí a mi habitación corriendo y lo cogí, joder que caloooooor me afixio, bajé las escaleras y con sigilo puse el libro en el suelo.
- Mamá el libro está aquí se habrá caído del peso.
- Será, será.
Cogí mi mochila y cuando fuí a salir de mi casa...
- Oye y porque vas así.
- ¿Cómo?
- Así en asillas, hace mucho frío ahí fuera.
- Pues yo tengo muchísimo calor.
- Ca-calor.
- Si calor.
Mi madre vino a donde estaba yo y me tocó la frente.
-¡Estás ardiendo!
-¿Enserio?
-Hoy no sales de aquí.
- Pe-pero mamá.
Quería ver a Aus, pero mi madre me corto el rollo y me mandó a mi habitación.
Mi madre subió a la habitación y me puso el termómetro, a los dos segundos el termómetro estalló.
Fue como en una película.
- Kat hay que ir al hospital, esto no es normal.
Cogió su bolso y salió de mi casa corriendo, volvió y me cogió en volandas y me bajó hasta el coche, me metió en el y me llevó en el hospital.
Cuando llegué me desmallé.

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