domingo, 11 de noviembre de 2012

Despertar.

Mi cuerpo se desplomó y cayó en la cama haciéndola crujir, miré hacia atrás y las vi, como se movían, eras bonitas la verdad.
- Kat, son preciosas.
- Las tuyas también.
En ese momento nos acurrucamos los dos en la cama y nos quedamos dormidos.
Día 5: Viernes.
Me desperté yo antes y bajé las escaleras con sumo cuidado. Mi madre al verme se sorprendió, claro ella no sabía que aquella noche yo también había terminado.
Vino a mi y me besó en la frente, tocó un ala mía y respiró hondo.
- Recuerdo ese aroma a azufre, bueno hoy ninguno irá al instituto.
- ¿Eso?
- Tenéis que entrenar, ya sabes, vuestros poderes.
En ese momento, volví a subir a la habitación, me acosté de nuevo y me volví a dormir.
*Sueño*
Volví al bosque de antes, al mismo llano y volví a ver a James.
- Hola Kat, ya veo que ya has terminado.
- Pues si, anoche.
- Esta bien, eres la mas fuerte y la más pequeña.
- Ya.
- Bueno acompáñame te llevaré a la escuela.
Llegamos, era enorme.
- Bueno estarás aquí mientras duermes, así que no notaras nada cuando despiertes.
- De acuerdo.
- Hola Kat, bienvenida.
- Ehh, hola.
- Soy el director de esta academia.
- A vale.
-Bueno espero que algún día seas tan fuerte como tus padres.
- Ya - como si ya no lo fuera.
En ese momento me desperté mi  la cara de Aus a 10 cm de mi, me había despertado al moverse, que cosa mas mona, su rostro angelical nunca mejor dicho.
Tocaron en la puerta, me levanté y abrí, mi madre me dijo que tendríamos que ir a un sitio lejano así que había que salir, fui hasta la cama y moví un poco a Aus.
-Aus hay que levantarse.
- Mamá cinco minutos más.
En ese momento le besé y abrió los ojos.
- Hay que salir así que vístete.
- ¿Me darás mas despertares así?
- Si no te levantas no.
Salimos de la habitación y bajamos las escaleras, salimos de mi casa y nos subimos al coche, Aus me cogió de la mano y no me soltó en todo el viaje mientras los dos mirábamos, como llegábamos a un bosque, bastante lejos de la ciudad.
Nos bajamos del coche y seguimos a mis padres hasta un árbol, en ese momento pusieron la mano en el árbol y poco a poco se empezó abrir, como si un rayo hubiera dado en él, y se vio un gran claro, donde nos esperaba muchas horas.


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