viernes, 9 de noviembre de 2012

Nace algo.

Vale ahora Austin era un ángel, como puede pasarme esto a mí.
- Mamá, tengo que decirte una cosa.
- El qué hija.
- Austin y yo estamos juntos.
La cara de mi madre se le puso blanca como la leche.
- Co-como que estáis juntos.
- Si juntos, pareja, novios.
- Sabéis lo que esta ocurriendo verdad.
- El qué.
- Dios al ver que te mandarían a ti en contra de él, creo un ángel de mismo poder que tú.
- No-no me digas que somos..
- Si enemigos y no cualquier enemigo, sois el ángel y demonio, más poderoso del mundo.
En ese momento miré a Austin, tenía los ojos abiertos pero su color era diferente eran de un turquesa inexplicable. Mi madre al verme también miró en la misma dirección.
- O Austin de has despertado.
Mi madre le cogió por la espalda y lo levantó, lo primero que vio y que hizo que se asustara fueron las alas de mi madre. Me miró a mí y cambió su cara sonrió cuando volvió a poner esa cara de horror.
-Tus ojos.
- Lo sé.
- So-son ¿rojos?
- Sí.
-Pe-pero porqué.
En ese momento Austin cogió aire e infló su pecho en ese momento de su espalda nacieron dos alas, preciosas blancas de un plumaje que no tenía palabras para describirlo. Después volvió a la normalidad, soltó ese aire como pequeñas hormigas que salen de un hormiguero.
-Ya está, su transformación está completa.
- Austin nos miró extrañado.
Mi madre lo cogió del brazo y lo llevó al sillón, le contó todo y cuando llegó a la parte en la que me nombraba le cayó una lágrima, me mataba verlo así.
- Ahora sube un rato con Kat.
Cogí de la mano a Austin, me agarró con fuerza, entramos en mi y nos sentamos en la cama.
-Ahora que haremos.
- Yo nunca me separé de ti Kat, he estado mucho tiempo esperando esto para que ahora me separen de ti.
-Aus..
Me besó, yo también lo necesitaba no podía más y empecé a llorar.
Se acostó y yo me apoyé en su pecho.
-¿Y tus alas?
- No estoy transformada del todo.
En ese momento mi temperatura volvió a subir, Aus lo sintió se apartó de mí y me miró a los ojos, mis ojos ese color rojo terminó por ser rojo intenso, un rojo cálido.
Mi cuerpo se levantó, como si lo cogieras con hilo, en ese momento mi cuerpo abrió un mundo que estaba encerrado dentro de mi, salieron de mi espalda con resplendor, mis alas, alas negras y rojas, grandes y hermosas.

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