viernes, 2 de noviembre de 2012

Nuevo día.

Día 2: Martes.
Bueno, hoy es martes, un nuevo día. He echo lo mismo que hago normalmente, levantarme antes de que suene el despertador.
Como todos los días me bañe, aunque el pelo no, quiero hacerme algo nuevo, me miré al espejo 5 minutos, miré mi cuerpo, no me gusta, es raro.
Me miré el pelo, negro, teñido claro, después de unas mechas rubias quise darme el cambio, mi madre no estuvo de acuerdo, pero me lo hice y tubo que aguantarlo, después le termino gustando.
Mis ojos marrones oscuros, casi negros por la noche y mi piel morena, vamos normalita.
Me gustaría teñirme de turquesa, no se me gusta bastante se lo diré a mi madre.
Después de todo ese pensamiento hacia mi ser, me vestí, típico negro.
Bajé a la cocina.
- Hola hija - dándome un beso en la cabeza.
- Hola mamá.
- ¿Que tal has dormido?
- Pues bueno mejor que otros días.
- Me alegro cielo, tu padre hemos hablado y te vamos a cambiar de psicólogo.
- ¿Enserio? - dije muy sorprendida.
- Si.
- ¡Gracias mamá! - dándole un abrazo.
Mi padre salió del salón.
- Pero que pasa aquí.
- Gracias papá.
Mi padre empezó a llorar, muchas veces no le digo papá, solo cuando lo necesito de verdad, normalmente le llamo Brian y a mi madre Charlotte, pero este ultimo año, he mejorado y no exactamente por Don Anchoa.
- De nada hija, espero que todo mejore.
Después de hablar con ellos y explicarme que esta vez será una psicóloga, salí bastante contenta de mi casa.
Pasé por casa de Aus como siempre y toqué su puerta.
- Hola Kat.
- Hola Aus - con una gran sonrisa.
- ¿Esa sonrisa?
- No veré más a Don Anchoa.
- ¿No?
- ¡No!
En ese momento Aus vino a mí y me dio un gran abrazo, se separó un poco de mí y pego su frente con la mía.
- Por una vez te veo feliz, espero que todo lo que te esté pasando acabe, nunca te has merecido nada de esto.
Me quede embobada mirando sus ojos celestes, por mi se los cambiaría, aunque siempre me dice el típico discurso de que como estoy estoy perfecta y que por el me guardaría en una cajita de cristal y me guardaría en su habitación y cada vez que lo dice le digo que tengo miedo y nos terminando riendo.
Llegamos al insti.
- Ahora toca examen.
- Lo sé ayer casi no dormí.
- Eso te pasa por no estudiar antes.
- Calla te pareces a mi abuela.
Aus vivía con sus abuelos, ya que sus padres trabajan siempre y no pueden estar atento a él, me da pena porque muchas veces dice de tener envidia de mi y siempre le digo que al menos siguen vivos.
Después del examen y demás clases, salimos del insti y fuimos al parque que estaba al lado, me puse los cascos y escogí 212 de mi lista de reproducción.
- ¿Que escuchas?
- 212 y tú.
- Going Under.
- Me encanta esa canción.
- Lo sé, siempre te pillo escuchándola.
Después de escuchar unas mas, empezó Little Things, me junté las rodillas al pecho y metí la cabeza en el hueco que queda, me empezaron a caer lágrimas poco a poco, me recordaba a mi ex, estuve con el 10 meses, pero pareció que no le costó nada separarse de mí.
Aus al verme se acercó a mí, me levantó la cara y me secó las lágrimas.
- No sé que le veías, pero quiero quitártelo de la cabeza y lo conseguiré.

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